Tartamudez

LA TARTAMUDEZ, SU OTRA CARA

El otro lado de la tartamudez

¿Qué es la tartamudez?  Estoy segura que la mayoría de las respuestas serian: son esas personas que  se bloquean cuando hablan…. Repiten siempre  la  primera silaba o  palabra de cada frase… Pues es mucho más.

Según la definición que aparece en la RAE es «cualidad del tartamudo». Pues bien, es mucho más.

Las prolongaciones, los bloqueos, la tensión, y las repeticiones que observamos cuando hablan, son solo la parte visible del iceberg de la tartamudez, debajo encontramos   los miedos, la culpa, la ansiedad, el ocaso y  la evitación.

Es muy importante saber que  todas esas emociones  que no vemos, no es la causa sino la consecuencia de la tartamudez. Es decir las personas no tartamudean porque tiene miedo, ansiedad… sino que estos  son los comportamientos secundarios que conlleva tartamudear.

Los comportamientos secundarios se evidencian  con respuestas de tipo emocional como hemos comentado anteriormente, y añadiendo también las  respuestas físicas, como son tensión muscular, movimientos asociados, y respuestas sociales como la evitación u la fobia.

Los comportamientos  secundarios de la tartamudez, que aunque no se vean a simple vista también forman parte de ella son los que hay que evitar que aparezcan.

La tartamudez en edad infantil

La tartamudez en la edad infantil suele aparecer entre los dos y  cinco  años de edad, se suele confundir con las dificultades en la adquisición del lenguaje.

Estas vacilaciones en el lenguaje propias de la edad no van acompañadas de tensión muscular y no suelen ser fluctuantes, el niño las utiliza para ganar tiempo a la hora de hablar.

La tartamudez infantil  en ocasiones se  intensifica  por temporadas, apareciendo periodos de quince días en los que el niño o la niña tienen muchos bloqueos  y semanas en las que su fluidez es muy buena. Los bloqueos son atípicas, suelen acompañarse con gestos y tensión facial.

Estas diferencias permitirán diferenciar una tartamudez de otra que no lo es.

Antiguamente se pensaba que no había que acudir a sesiones de logopedia hasta los 8 o 9 años abandonado a los niños a su suerte y estigmatizando la tartamudez. Hoy sabemos que es importantísimo diferenciarlas, para poder empezar a tratarlas.

Está demostrado las consecuencias positivas  que se obtienen  de realizar tratamiento con niños pequeños, en cuanto aparecen los primeros síntomas, mucho antes de que cumplan los 8 o 9 años.

Si el niño acude lo antes posible al logopeda se producirá  una normalización, una aceptación y una severidad  menor del trastorno.

Esto hará  que no aparezcan comportamientos secundarios tales como la evitación las muletillas, la tensión muscular…y que en en la etapa de la adolescencia superen el trastorno,

También es importante la manera en que el niño/a se da cuenta de su trastorno,  detrás de un niño que sufre bloqueos, repeticiones, prolongaciones en el habla puede haber una persona que se enteró de lo que la pasaba porque algún niño de forma despectiva se lo dijo, por favor no evitemos a los niños los problemas,  asesorémonos por profesionales de las pautas a seguir para hablar con nuestros hijos y  hablar de que les está ocurriendo porque hacer como que no les pasa nada no ayudará a solucionar la tartamudez.

Mi recomendación

Si tu hija o hijo, tiene entre dos o cinco años, su fluidez no es del todo buena, estas preocupado/a,  aunque tu entorno le quita importancia. No lo dudes, contacta. Nadie como un profesional para sacarte de dudas, hazlo por tu hijo, él te lo agradecerá.

Acudir al logopeda lo antes posible evitará mucho sufrimiento posteriormente.

El objetivo de Elena Anero, Logopeda Clínica es contribuir con mi granito de arena a la normalización y comprensión de dicho trastorno, concienciar a padres, familiares y profesores.